Mucho ruido y pocas nueces. O como tomar una ciudad
Esta expresión popular que aún hoy seguimos usando y que significa que le damos importancia a algo que no la tiene, dándole mucha propaganda, es atribuida a la obra de William Shakespeare “Much ado about Nothing” (1598). Lo cierto es que el refrán “mucho ruido y pocas nueces” ya aparece en la obra del Arcipreste de Hita “el Libro del buen Amor” (1330), en el siglo XIV, «Con su pesar, la vieja dixome muchas veces: / "Arcipreste, más es el rroydo que las nueces"», (copla 946) . Y un siglo más tarde en “la Celestina” (1499), de Fernando de Rojas, «Hija, destos dolorcillos tales, más es el ruydo que las nuezes» (acto IX). Por otro lado las nueces eran utilizadas en la antigüedad para lanzarlas contra el suelo provocando gran estruendo, como si de petardos se tratara, en fiestas como bodas o bautizos. Pero hay otro origen posible más y este es el que nos interesa. Durante la guerra franco-española (1595-1598), los tercios de la monarquía hispánica tomaron la ciudad de Dorlan (Do