La aventura del Alférez de Navío Manuel Quimper para devolver un barco a los ingleses
El 23 de Abril de 1790 zarpa de Nutka la expedición comandada por el marino español Manuel Quimper llevando 41 hombres para la exploración del Estrecho de Juan de Fuca, en el Pacífico Norte, misión que le había encomendado el comandante Francisco de Eliza.
Balandra inglesa similar a la Princess Royal |
Manuel Quimper había llegado a la isla en la balandra requisada al inglés Colnett, Princess Royal, rebautizada como Princesa Real, con el propósito de devolver la embarcación a éste, según el espíritu de las conversaciones amistosas que se estaban manteniendo con Inglaterra.
Con Quimper fueron como pilotos Juan Carrasco y Gonzalo López de Haro que también estaba encargado de la confección de mapas. Al no encontrar en Nutka a ningún inglés que pudiese hacerse cargo de la balandra, Eliza decidió asignar a Quimper nuevas exploraciones, aplazando la entrega para después de las mismas. Posteriormente Quimper cartografiaría las Hawaii y establecería allí un puerto con su nombre que con el tiempo llegaría a llamarse Pearl Harbour.
PERFIL DE MANUEL QUIMPER
Realizó servicios entre El Callao y Guayaquil y en la costa sur y las islas de Juan Fernández.
En 1786 fue destinado a Cádiz, ascendido a alférez de fragata y en 1787 a alférez de navío.
Hizo corso en los cabos de San Vicente y Espartel y volvió a América, desembarcando en Veracruz para continuar por tierra a San Blas, desde donde llegaría su citada misión a Nutka.
LA EXPEDICIÓN
También guió a Quimper para que encontrase la entrada al Estrecho de Juan de Fuca observada en la expedición de Juan Pérez en 1774, pero que no había sido advertida posteriormente las veces que pasaron por delante de ella debido a las nieblas y al mal tiempo. Quimper realizó un reconocimiento muy completo de las dos orillas de este estrecho sin llegar a advertir que la tierra que estaba rodeando era en realidad una isla, la actual isla de Vancouver.
Dio nombres españoles a muchos puertos y lugares, de Revillagigedo, Eliza, Valdés y Bazám. Quimper, Bodega y Quadra, y otros, actualmente Sooke, Pedder Bay, Royal Roads, Dungeness, Discovery Bay, etc. Finalmente, viendo que les quedaban provisiones para menos de dos meses, iniciaron el regreso a mar abierto el 21 de julio y en el camino Quimper tomó posesión de la bahía de Núñez Gaona, actual Neah Bay, que le pareció un emplazamiento muy propicio, aunque los pobladores fuesen beligerantes y hubiesen matado a un capitán inglés que había pasado antes.
Permanecieron en Núñez Gaona once días convirtiéndola en la segunda base naval española en el Pacífico norte aunque de brevísima permanencia. Continuaron hacia el sur pero la escasez de alimentos y el mal tiempo les hicieron detenerse en Monterrey donde fueron bien atendidos por el gobernador del puesto desde el 1 de septiembre hasta el 25 de octubre y finalmente junto con el paquebote San Carlos que también volvía, arribaron a San Blas el 13 de noviembre.
EL VIAJE A HAWAI Y FILIPINAS PARA LA DEVOLUCIÓN DE LA BALANDRA INGLESA
Quimper embarcó en esta balandra con la que había regresado a San Blas y navegó hasta Hawai el 20 de octubre de 1791. En Hawai se encontraba el capitán de dicha balandra en Nutka, James Colnett, que exigió a Quimper la devolución inmediata sin esperar a llegar a Filipinas y amenazó con arrebatarla por la fuerza. Quimper respondió a la amenaza de Colnett ordenando a su tripulación que tomase posiciones en orden de combate, y ante ello Colnett optó por desistir de su exigencia. Después de completar el reconocimiento de la isla de Hawai, y hacer mapas, especialmente de la bahía a la que puso su nombre y siglo y medio después fue la famosa Pearl Harbour, Quimper continuó a Filipinas a donde llegó tras cincuenta días de navegación.
Quimper entregó la embarcación en Cavite y el final de la historia fue que ésta se llevó a Macao donde un huracán la dejó inservible para la navegación.
Quimper coincidió en Manila con Alejandro Malaspina al que entregó la información recopilada en Hawai al mismo tiempo que éste le entregó parte del material de su expedición para que fuese llevada en la fragata San José de las Ánimas, en la que Quimper regresó a América tras una navegación de medio año.
Autor Ignacio del Pozo
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